Soy… (el entrevistado se presenta como quiere)
Rubén Fontana.

¿Cuál fue tu primer acercamiento al diseño gráfico?
A los 13 años entré a trabajar de cadete en una agencia de publicidad, ya tenía una clara noción de que quería ganarme la vida dibujando. Caminé las calles de Buenos Aires llevando recados hasta los 17 mientras aprendía de reojo lo que sucedía en la «sala de arte» de la agencia. Un día en época de vacaciones faltó el dibujante y el jefe ante una emergencia me preguntó si me animaba… y me animé. Por ese entonces yo ya admiraba sin conocerlo a Juan Carlos Distéfano, a quién seguía por sus afiches en la vía pública y los avisos en los medios, era el paradigma de lo que yo quería ser: diseñador gráfico.

¿Cómo llegaste al lugar donde estás actualmente?
Trabajando, prestándole atención a las cosas que sucedían a mi lado, mirando e imitando a los mejores, intentando cumplir con las obligaciones en tiempo y forma, aprovechando las oportunidades que se presentaban, observando a los que sabían. Tuve la suerte de estar en el lugar indicado en el momento justo. Tratar con gente culta me abrió los ojos para que mi aprendizaje sea constante. En algún momento Ronald Shakespear me vinculó con Distéfano y pude concretar a su lado la asistencia a lo que sería la mejor escuela, trabajamos juntos varios años y es mi amigo desde hace 50 años. También «lo encontré» a Juan Andralis quien terminó de despertar en mí la pasión por las letras. El resto lo hizo el tiempo.

¿Cómo es su día de trabajo habitual?
Me levanto a las 6, comienzo a responder los correos a las 8,30. Trabajo todo el día en equipo junto a Zalma Jalluf con quien dirigimos el estudio. Nunca me gustó trabajar solo, trabajando en grupo con tres o cuatro colegas se aprende más. Entre los componentes del equipo le buscamos solución a los problemas hasta resolverlos. En simultáneo me ocupo de la Carrera de Diseño de Tipografía (CDT) en la Fadu y de las pequeñas cosas que aparecen inevitablemente mezcladas. Los fines de semana no cambian mucho. Toda mi vida transcurrió trabajando.

¿Qué limitaciones encontrás a la hora de diseñar?
Depende. Si puedo hablar y analizar los problemas antes de enfrentarlos me siento libre y puedo trabajar con cierta rapidez. Si la urgencia me aprieta no me encuentro cómodo. Intento trabajar con tiempo y en equipo de manera razonada, programando las tareas, dándome tiempo para que los trabajos puedan evolucionar. En diseño el tiempo enseña. Si hay cosas que no se, las pregunto, siempre hay alguien que puede instruirnos y de esa manera se amplía el horizonte.

¿Cómo fue que decidiste dedicarte a la tipografía?
A veces entiendo que las cosas están predeterminadas y que solo hay que ir siguiendo una ruta trazada. Otras creo que uno determina alguna de las partes de ese sendero que transcurre a través de los años. Sea como fuere me tocó hacer un recorrido privilegiado. El tema de la tipografía me resultó afín desde mis tempranos 9 años y tuve la fortuna de poder desarrollarlo. Me encontré con las personas apropiadas para aprender y con el clima necesario para enseñar. Hice todo lo que me propuse hacer y disfruto con ello. Hacer lo que uno quiere es inapreciable y estoy agradecido por ello. La tipografía es un bien cultural que amplía la mirada.

¿Qué considerás que debería hacer una asociación profesional de diseñadores gráficos? ¿Qué te gustaría que hiciera por vos?
No me doy muy bien cuenta de lo que sería útil ahora. A comienzo de los ’80 trabajé mucho con otros colegas en una asociación similar (la ADG), y lo que más nos interesaba era promover la actividad de nuestros profesionales entre las empresas y posibles clientes. Entre otras cosas hacíamos charlas conjuntas cliente – diseñador, en las que el público escuchaba a las dos partes hablar sobre los beneficios del diseño para la industria y el comercio, creo que esas actividades sirvieron. Entiendo que hoy habría que hablar para las Pyme, es el sector con mayores perspectivas de desarrollo y se ha convertido en la industria del país.

 

/ / /

CV

Diseñador y tipógrafo. Actualmente dirige la carrera de Especialización en Tipografía en la UBA. Ex titular de la cátedra de Diseño III en la Universidad Nacional de Cuyo. Ex titular de las cátedras de Tipografía I, II y III y Diseño Editorial en la Universidad de Buenos Aires.

Es coautor del libro «Pensamiento tipográfico», fue fundador y editor de la revista tipoGráfica (considerada entre las cinco mejores revistas de diseño del mundo) durante los veinte años de su publicación.

Primer representante por la Argentina ante la Asociación Tipográfica Internacional. En 1997 recibió el premio Konex de Platino a la trayectoria en Diseño y Comunicación Visual. En 2007 recibió el Premio Nacional de Diseño de Cuba, por su contribución a la Educación y el Desarrollo del diseño latinoamericano, y el Premio Internacional de Diseño otorgado por la Asociación Española de Profesionales del Diseño, en la categoría Identidad Corporativa y Tipografía.

En 2011 fue distinguido y reconocido por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires por su trayectoria profesional y su labor educativa.