Nuevamente, esta vez gracias a la generosa convocatoria de la gente de Pixelations, la UDGBA dijo presente en una mesa redonda propuesta para dialogar sobre el asociativismo en el diseño. Así, como ya ocurriera en anteriores oportunidades como varios Trimarchi en Mar del Plata o «Hacer Diseño Hoy» en Rosario entre otras, viajamos con el objetivo de contar nuestra experiencia, escuchar a otros colegas y asociaciones del país, compartir nuestras actuales certezas y abrirle el juego a las siempre presentes preguntas propias y ajenas.
Lamentablemente nos encontramos con un panorama bien distinto al esperado y que nos hace dudar de la voluntad de diálogo: nos vimos sorprendidos con la ausencia total y absoluta de, al menos, un interlocutor.
La ADCV, asociación que figuraba en el programa como coordinadora de la mesa redonda, no estuvo. Nos comentaron los organizadores que iban a llegar colegas de la regional de Pergamino, que finalmente tampoco aparecieron. Aún sin saber a ciencia cierta quiénes —representando a asociaciones en actividad— iban a estar presentes, podemos asegurar que esperábamos ansiosamente encontrarnos con gente de la Cámara de Rafaela (ciudad que queda a pocos kilómetros de Rosario), o la gente de ADCV La Plata, de ADIMZA Mendoza, del Colegio de Misiones, de las Asociaciones de Jujuy o Tucumán, de La Costa, más alguna de las asociaciones del interior de la Provincia de Buenos Aires…
Este tipo de encuentros no es frecuente y la UDGBA viene insistiendo en la necesidad de un trabajo colectivo, tanto hacia dentro de nuestra Asociación como en la necesidad de que no inventemos todos la rueda: la posibilidad de superar las realidades adversas de nuestra profesión se encuentra en el trabajo común, en el compartir experiencias, dudas y certezas, soluciones y fracasos, para pensar juntos y encontrar soluciones que no lo sean sólo para algunos privilegiados sino para todo el colectivo de diseñadores. Bien vale la pena transitar los kilómetros que hagan falta para vernos las caras, saludarnos y compartir nuestras realidades y, a su vez, charlar acerca de algo que pareciera tener cierta resonancia en algunas regiones: la idea, compleja, todavía inmadura y sin el necesario debate serio, de colegiar la profesión, que pareciera que algunos prefieren que se dirima en pasillos de legislaturas, en amistades personales con legisladores y en fantasías que pocos se atreven a poner en duda o en debate.
Nada de esto pudo llevarse a cabo ya que para dialogar, es sabido, hacen falta al menos dos…
Finalmente, pudimos presentarnos ante un auditorio que no nos esperaba (la mesa redonda iba a ser en otro espacio, al lado del bello teatro Lavardén) y contarle brevemente quiénes somos y qué hacíamos allí, o qué hubiéramos querido hacer si alguna otra asociación se hubiera hecho presente.
De todos modos, el esfuerzo de viajar valió la pena; conocimos gente y saludamos a colegas con quienes solemos cruzarnos desde hace muchos años.
Muchas gracias al equipo que hace Pixelations y será hasta el próximo convite para pensar sobre lo que significa agruparnos y el valor de asociarnos. Allí estaremos, como siempre.