Soy… (el entrevistado se presenta como quiere)
Laura. Una “diseñadora que ilustra” según la escueta biografía de menos de 140 caracteres. Pero eso ya me define bastante bien. Al menos en lo que respecta a mis ocupaciones laborales.

¿Cuál fue tu primer acercamiento al diseño gráfico?
Mi primer acercamiento consciente fue a través del trabajo de un amigo de mi adolescencia. Él estudiaba diseño en la FADU y yo tenía unos 16 años. Vi el trabajo práctico que estaba haciendo para Diseño 1 (un objeto editorial bastante experimental) y aluciné. Yo venía peleándome con geografía, contabilidad y esas cosas y de pronto sentí que “estudiar” podía ser algo fantástico.

 

¿Cómo llegaste al lugar donde estás actualmente?
Trabajando mucho, ¡claro! Pero la sensación es que el “lugar donde se está” es siempre un camino hacia otro lado.., así que seguiré trabajando.

¿Cómo es su día de trabajo habitual?
Básicamente es siempre parecida. En cuanto me siento frente a mis cosas (qué puede ser a cualquier hora, eso no tiene reglas) comienzo contestando mensajes y poniéndome al día. Luego encaro el proyecto que tenga que resolver más urgentemente o el que me tenga más inspirada.
Pero la cabeza comienzo a trabajar bastante antes. Es inevitable. Como toda free-lance trabajo las 24 horas del día. Aunque no lo advierta.

 

¿Qué limitaciones encontrás a la hora de diseñar?
Depende mucho del proyecto. Pero las limitaciones son lo mejor que me puede suceder en cualquier proceso de diseño. Son las que me marcan los desafíos y los nudos por deshacer. Las que impulsan cada decisión hacia un mejor lugar, sin dudas.

Autopregunta (el entrevistado se hace una pregunta y la responde)
¿Qué te gusta que te regalen?
Chocolate.
(Ya saben…)

¿Qué considerás que debería hacer una asociación profesional de diseñadores gráficos? ¿Qué te gustaría que hiciera por vos?
No creo que tenga que hacer algo por mí, más bien creo que debe fortalecer el sentimiento colectivo. Los diseñadores gráficos somos muy individualistas y eso va en contra de todo lo que precisamos. Tengo la experiencia de ver cómo se organizan los ilustradores y cómo logran fortalecer, visibilizar y valorizar la disciplina con acciones muy concretas y variadas. Los diseñadores gráficos protestamos frente a cada convocatoria colectiva y preferimos encerrarnos en nosotros mismos. Eso es pésimo y tiene un efecto negativo sobre la profesión.